Fue edificado entre 1602 y 1616 por la Compañía de Jesús, pero en 1646 se derrumbó, siendo reconstruido a finales del siglo XVIII. En su austera estructura sobresale el estilo neoclásico de los capiteles con guirnaldas en la portada y su esbelta e inusual torre circular.
Este templo fue mutilado en 1917 de su altar mayor por el General Gabriel Gabira, para darle continuidad a la calle trasera (Bruno Martínez). En su interior se aprecian un par de óleos de buena manufactura y un antiguo órgano monumental.