Mapimí significa “piedra en alto o cerro elevado”. En la época prehispánica la región fue habitada por los indígenas tobosos y cocoyomes. Los españoles fundaron el pueblo en 1598.
En este lugar se descubrieron minerales valiosos, lo que propició el asentamiento de los españoles, quienes enfrentaron a los indígenas. La inestabilidad que se vivió en esta región duranguense impidió el desarrollo armónico de la población, aun cuando la ciudad era muy importante para la Nueva Vizcaya.
Mapimí es considerado el primer Pueblo Mágico de Durango y hoy en día se ha convertido en un lugar turístico que es valioso conocer, por su historia de más de 400 años, y por su gente hospitalaria.
Pertenece al “Camino Real de Tierra Adentro” en la lista de la UNESCO desde el 2010. Esto se debe a las maravillas naturales e históricas con las que cuenta el municipio situado en Durango; atractivos con el rango de zonas turísticas que pueden ser visitadas y apreciadas por cualquier persona del mundo.
En 1893 la compañía minera Peñoles tomó posesión de las minas de Ojuela, que están a 10 kilómetros al sureste de Mapimí.
La misma compañía, señala la fuente documental, construyó al interior de la mina otro puente colgante, de 60 pies de largo; sin embargo al suspenderse las actividades mineras la infraestructura fue retirada, y lo único que se conservó, por iniciativa de la población y de la compañía minera, es el colosal Puente Colgante de Ojuela.